Siguiendo los consejos de la yaya Cisqueta, Pep y Lluís y su mujer Joana, dirigieron e hicieron crecer el restaurante. Al cual se incorporó Loli, esposa de Pep, al cabo de poco tiempo. Mientras el restaurante se consolidaba tanto en la zona como en Cataluña, los hijos de los dos matrimonios, Lluís (hijo de Lluís y Joana) y Alexandra (hija de Pep y Loli) correteaban ya por el restaurante, impregnándose del humo de los calçots y de la tradición y cultura de la calçotada.
Es por eso, que años más tarde, los dos han acabado incorporándose al equipo directivo de Cal Ganxo, el cual es dirigido bajo los valores propios de una familia unida. Tres generaciones son las que se han dedicado a la restauración y a les calçotades en Cal Ganxo, donde el trabajo constante y la calidad a lo largo del tiempo han creado un vínculo de familiaridad con la clientela, la cual también ha heredado de generación en generación la tradición de comer la calçotada en Cal Ganxo.